Comunicado de la CEPCV
Montevideo, 17 de diciembre de 2015
Ante la sustitución de muy buena parte de las veredas actuales de la Ciudad Vieja por hormigón in situ, la CEPCV considera:
Que si bien resulta subrayable que la primera atención con inversión pública de la nueva Administración Departamental haya sido dirigida hacia la Ciudad Vieja la misma no cumple ni ha cumplido con la normativa vigente, ni con las consultas pertinentes, ni con el desarrollo coherente de un proyecto previo ni con los estándares de calidad exigibles en un área cuya importancia no es necesario recalcar.
Sobre la ausencia de consulta a la CEPCV
Debe recordarse que, no sin dificultades, desde hace ya más de treinta años la sociedad montevideana ha venido construyendo la gestión patrimonial para la Ciudad Vieja. Esta institucionalización ha tenido sus puntos culminantes en la aprobación del Plan Especial en 2003 y la reciente actualización del Inventario1. En la estructura prevista se cuenta con la intervención previa de la Comisión Especial Permanente, cuyo asesoramiento ha registrado dificultades históricas particularmente en las actuaciones oficiales, tanto de los ministerios como de las empresas públicas. Sorprendentemente, ocurre algo similar con la propia Comuna.
En este sentido se pueden mencionar algunas decisiones recientes en las cuales la CEPCV no ha sido tomada en consideración o lo ha sido sólo consultada en una segunda instancia, cuando las decisiones clave ya han sido tomadas, caso de las ciclovías o la colocación de papeleras para los residuos2. De igual modo, el llamado plan de los cien días ha incorporado a la CEPCV como ámbito de consulta tardíamente, cuando, en particular, la decisión de realizar las veredas de hormigón estaba ya tomada3.
Sobre la normativa
Para el caso actual, por no remitir a otros hechos recientes, cabe mencionar la existencia de normativas específicas para las veredas de la Ciudad Vieja, que prescriben claramente materiales de terminación para zonas y situaciones urbanas4 y que, evidentemente, no coinciden con las decisiones en proceso de concreción. Si bien toda norma es revisable, al no hacerlo previamente y por los mecanismos instituidos, además de socavar la institucionalidad genera para el futuro evidentes e innumerables dificultades para los particulares y la Administración.
Pese a no haber atendido la normativa vigente ni haber encarado las acciones para su posible revisión, este ajuste normativo sigue resultando imprescindible a efectos de la claridad de las regulaciones para que los administrados sepan a qué atenerse y para que los agentes de la Administración puedan ejercer sus facultades de autorización y control.
Sobre la ausencia de un proyecto previo
Quizá uno de los aspectos más preocupantes de la intervención sobre las veredas de Ciudad Vieja ha sido su carácter netamente improvisado. A la falta de claridad en los aspectos de diseño iniciales, por ejemplo respecto a la consideración de las veredas de granito entre otros, le han seguido marchas y contramarchas que afectan la pretendida uniformización estética. Se estima necesario siempre, pero aún más en proyectos de carácter urbano, una fina planificación de las acciones, que tome en cuenta imprevistos y dificultades, y un comienzo de obras una vez cerrada esta etapa5.
Como se ha dicho en el punto anterior, este proyecto o plan debería consultarse con los actores pertinentes, en especial la CEPCV, organismo plural que recoge la opinión de diversos ámbitos institucionales y sociales.
Sobre la pertinencia de las obras y la solución adoptada
Otra cuestión reside en la elección de la zona, ya que si bien la Ciudad Vieja registra, como toda la Ciudad de Montevideo, deficiencias en sus veredas y calzadas respecto a la facilidad de tránsito, esta dificultad está particularmente centrada en los pavimentos de losas de granito. En los demás pavimentos la falta de mantenimiento se concentra en sus zonas residenciales, aunque su deterioro no es mayor respecto a zonas de la ciudad en las que existe arbolado público. En definitiva, no se ha conocido la fundamentación para proceder a la sustitución total de pavimentos peatonales, retirando en los hechos incluso aquéllos en buen estado o recientemente construidos.6
Tampoco ha existido otra argumentación que la económica del costo inicial para la opción de pavimento continuo adoptada. Los pavimentos discontinuos exhiben alguna ventaja en cuanto a los costos diferidos de mantenimiento y sustitución de partes. Por otra parte, tanto las experiencias anteriores en Montevideo y otras ciudades, parecen recomendar pavimentos asfálticos en el caso de pavimentos continuos, frente a los pavimentos de base cementicia. Éstos fácilmente exhiben patologías de fisuración, falta de adherencia en caso de sustituciones o reparaciones parciales, así como baja resistencia al rayado y facilidad para la realización de grafitis, en virtud de su porosidad.
Sobre las obras en curso
Antes que nada, se debe insistir en la importancia de que la Comuna dedique su atención al centro histórico de la ciudad. Así, con las obras y el plan propuesto, esta Administración se suma a las acciones de la Intendencia que ya por décadas han atendido la revitalización de la Ciudad Vieja. En este sentido, se pueden destacar algunas acciones significativas, como la restauración del Cabildo y de las plazas Constitución y Zabala, además de la nueva Rambla 25 de Agosto y la prolongación de peatonales, junto con otras proyectadas y en fase final de proyecto, como el caso de la Plaza Isabelino Gradín.
Pero a diferencia de algunos de estos casos y otros muy bien resueltos en otras zonas de Montevideo, como es el caso de la rehabilitación del MAM, las calidades materiales de la nueva propuesta de vereda son, a la luz de lo ya realizado, inaceptables. Vale recordar que el trazado de la Ciudad Vieja es Monumento Histórico Nacional, y si bien es posible teóricamente situar su “materialidad” por fuera de la declaración, nadie puede dudar que, de cualquier manera, se está actuando sobre ese bien.
De lo hasta ahora construido, parece no haber habido proyectación de los encuentros del pavimento con los cordones ni con las fachadas, interfaces vitales no siempre fáciles de resolver. La calidad de terminación de los paños y las juntas entre éstos, por otra parte, no cumple los mínimos estándares exigibles, ni en la solución inicial con paños peinados y bordes alisados, ni en la finalmente adoptada en base a paños pretendidamente alisados.
Asimismo, se han tomado malas decisiones respecto a otros pavimentos. No sólo se han retirado pavimentos en buen estado, sino que en algunos casos se han “repuesto”, pero con criterios alejados de cualquier consideración patrimonial, como es el caso del frente de la casa de Tomás Toribio, donde se sustituyó el pavimento de granito gris, que forma parte de la planta baja de la vivienda por un granito rosado, típico de comienzos de siglo XX.
Sobre la posible replicación de la experiencia
Una cuestión central y sólo lateralmente considerada está constituida por la posible replicación de esta experiencia sobre las veredas. La normativa vigente en Montevideo7 dispone que sea el propietario del padrón totalmente responsable por el estado de la vereda frentista en su tramo. Si bien es posible encarar la reparación o sustitución a cargo de la Intendencia, deberá verificarse el procedimiento administrativo y sus formalidades, previstas por la normativa, a efectos de poder lograr su cobro posterior al propietario frentista.
La conclusión es que el mecanismo actual modifica en los hechos el criterio histórico y trasladaría a la Intendencia y su presupuesto, la reparación de las veredas. Dado el esfuerzo económico que para la Intendencia significa la reparación de veredas en solamente 84 manzanas, vuelve a esta experiencia catalogada de piloto, como difícilmente replicable al conjunto de la ciudad.
Otras obras previstas
La Ciudad Vieja enfrenta hoy una serie de problemáticas que, a pesar de diversos intentos parciales de solución, siguen sin poder resolverse por carencia de un proyecto global coherente. Nos referimos en particular al estacionamiento de automóviles y a la circulación del transporte público. Ambos deberían conformar parte de un plan de movilidad que apunte a privilegiar a los peatones y ciclistas y desestimule el uso del vehículo privado8. El nuevo plan de la Intendencia plantea tocar algunos de estos temas y si bien las propuestas parecen ser globalmente de recibo éstas no atacan la médula del problema.
Entre otras acciones positivas planteadas por el nuevo plan se destaca también la intención de reducir sustantivamente los postes de diverso tipo, con el rediseño de la cartelería de señalización de nomenclátor y dirección del tránsito vehicular. Esta oportuna disposición podría acompañarse con otras en el mismo sentido, tales como la de no pintar los cordones de granito, sino pintar una banda de similar ancho sobre el pavimento de la calzada, contra el cordón (tal como se hace en otras ciudades históricas, con resultado equiparable para la información y seguridad de conductores y peatones).
Oportunamente se podrán analizar los proyectos de otras actuaciones anunciadas (“microparques”, etc.) que aún no han llegado a la Comisión. En particular es pertinente señalar que la CEPCV tiene posición tomada respecto al “Proyecto Escollera”, del cual forma parte la Plaza de Deportes Nº1. La Comisión también ha emitido su valoración respecto a las posibles acciones en la Plaza Zabala y Puerta de la Ciudadela. Para la primera ha entendido que deben mantenerse los desniveles entre el interior y los exteriores de la plaza, recurrirse a un mínimo de variantes de pavimento sin diferencias de color y en una paleta baja. El proyecto deberá comprender las calles Solís y 1° de Mayo hasta 25 de Mayo y Rincón hasta Zabala. En similar sentido, el proyecto para la Puerta debe extenderse entre la calle Buenos Aires y por lo menos la circunvalación norte de la Plaza Independencia, solucionando integralmente todos los aspectos formales pendientes, como la dársena sin terminar sobre la calle Buenos Aires, la existencia de la parada de ómnibus turístico y su quiosco, el quiosco de diarios y revistas, entre otros.
A pesar de no estar contenidas en el plan que se está realizando, sería deseable que se aborde en un futuro próximo el sistema de peatonales. Preocupa tanto el estado y mantenimiento de pavimentos, alumbrado público y equipamiento como, muy especialmente, la gestión de su utilización. En particular, la condición y ocupación del espacio público por los vendedores callejeros exige una urgente atención, ya que éstos han desbordado totalmente la capacidad del espacio que los puede contener. También debiera atenderse el uso de circulación y estacionamiento de vehículos, reduciendo al mínimo compatible su incidencia en espacio público y su presencia en el paisaje urbano.
Asimismo, las acciones previstas en señalética deberían complementarse, en atención al importante número de turistas en el área, con señalización de ubicación. En el mismo sentido, se señala la necesidad de atender las necesidades de equipamientos y mobiliario urbano, especialmente respecto a baños públicos. Es obligado apuntar que todos los componentes deben atender la zona en que se implantan con un diseño cuidadoso.
En cuanto al alumbrado público la CPCV entiende positiva la adopción de luminarias sobre brazos que, iniciada a fines del siglo pasado, hoy cubre prácticamente la mitad de la Ciudad Vieja. En el nuevo master-plan de iluminación de la Ciudad Vieja9, felizmente se ha tenido en cuenta las opiniones de la CEP y se prevé la sustitución del alumbrado en base a cables colgantes aún presente en la zona más activa del área.
Finalmente, debe aclararse en forma enfática que la CEPCV valora la atención puesta sobre el centro histórico y las loables intenciones de mejorar sus distintos aspectos. En este sentido, siempre está abierta al diálogo constructivo con los distintos actores y en particular con los equipos técnicos de la Intendencia.
1 Inventario finalizado a comienzos de 2011 y que sin embargo aún no ha sido aprobado en la JDM.
2 Papeleras que hoy se proponen sustituir debido a deficiencias de diseño y de colocación.
3 La decisión estaba tomada y la empresa ya contratada e implantada en obra (ampliación de contrato para la realización concreta de la obra de las veredas).
4 Artículo D.2199.1. Dentro de la zona «Ciudad Vieja» -definida por el Artículo D.356 (Volumen IV Urbanismo)- las veredas serán pavimentadas con losas prefabricadas de monolítico lavado de color y textura similar al granito rosado, con excepción de la subzona limitada por las calles: Juncal (acera oeste), Buenos Aires (acera norte), Bartolomé Mitre (ambas aceras), 25 de Mayo (ambas aceras), las que serán pavimentadas en todo su ancho con losas de granito rosado. (Digesto Municipal, Vol. VII, De las veredas, cap. II).
5 Esto incluye la licitación de las obras, que nunca se puede realizar antes de que se tenga claro qué es exactamente lo que se va a realizar.
6. Es cuanto a la dificultad de tránsito de las veredas, es imprescindible subrayar que la principal dificultad se concentra en las losas graníticas y se vincula no solamente con la desnivelación de las piezas, sino muy particularmente con lo resbaladizo de su superficie, la que debiera ser martelinada regularmente o recibir un tratamiento de acabado inicial con mayor vida útil. La mejora de la seguridad para la circulación en las veredas de granito debe acompañar las acciones para la accesibilidad universal que felizmente se están implementando.
7 Artículo D. 2210. La conservación de las veredas estará a cargo del propietario frentista, obligación que cumplirá en forma continua y eficaz a juicio de la Intendencia de Montevideo.
8 Esta política debería ser global, abarcando por ejemplo las disposiciones normativas edilicias, entre otras.
9 Realizado por la Intendencia, pero independiente del plan de los cien días, que es el que se está discutiendo en este documento.