El Arq. Alberto Leira visitó algunos programas recientemente y se refirió a la discusión sobre estos implementos que se suscitó en la opinión pública.
A raíz de un accidente en el centro de Montevideo donde un transeúnte tropezó y cayó sobre unos pinchos frente a un edificio, lo que le costó la vida, se puso sobre la mesa el tema de la “arquitectura hostil”, elementos punzantes, cortantes o similares que se colocan en suelos frente a los edificios o en sus ventanas para evitar que allí se acuesten personas en situación de calle.
En el programa Basta de Cháchara, de Canal 5, el pasado 15 de enero el Arq. Alberto Leira se expresó sobre la temática. En primer lugar, se refirió al término utilizado: “se le denomina arquitectura pero es dudoso si es realmente arquitectura esto que se genera. Es equipamiento que muchas veces va en contra del proyecto, porque cierra espacios que, de repente, eran para estar bajo techo”.
Tomó el ejemplo de La Pasiva de Plaza Independencia y lo que ocurriría si cerrara todo con rejas a su alrededor. “Eventualmente podría pasar porque decís ´esto es parte de mi padrón, yo lo cierro´, pero es parte de ese intermedio entre el espacio privado y el espacio público el cual -también por la problemática social que existe y que no es sencillo de solucionar.- los vecinos de alguna manera buscan de qué manera resolverlo”.
Por otro lado, remarcó la importancia de trabajar en equipo para estos temas con distintos profesionales. “En una sociedad en la que tendemos a hacer las soluciones individuales o dejarle la solución al otro, yo le pago a este para que me lo solucione, creo que nos tenemos que implicar más, participar y ver cómo llegamos en acuerdos a las soluciones. Y esto es un desafío para este nuevo gobierno, porque la solución no va a ser de que te la dé el Ministerio del Interior, va a ser algo a trabajarse socialmente”.
En Perspectiva
En el programa de Radiomundo, recientemente electo presidente de SAU, se refirió también al tema a título personal, en una entrevista junto con el Arq. Gabriel Lambach que tuvo lugar en diciembre.
En primer lugar, explicó que, dado que lo que queda por fuera de las viviendas o las edificaciones es espacio público, se trata de un problema que tiene que tener algún tipo de regulación y gestión. “Son espacios comunes donde se da la convivencia de las personas, y tenemos que ver que sean lo más amables posible. Antes las edificaciones tenían espacios de resguardo, por ejemplo, para el sol, para la lluvia. Hoy estamos cerrando con rejas un montón de espacios que eran para la gente un resguardo”, detalló.
Explicó que, desde su punto de vista, la hostilidad está en la sociedad, no en estos elementos en particular, y debemos apuntar en un sentido mucho más global a ver cómo convivimos. “La problemática de la situación de calle es, en alguna medida, lo que lleva a esta situación de empezar a encerrarse. Si no podemos ir a un barrio privado, tratamos de poner rejas, cámaras, la mayor cantidad posible de seguridad, entre comillas, para aislarnos”, comentó.
Agregó que estas propuestas de cerramientos son con poco diseño o casi nada de diseño, “que afean la arquitectura y afean la ciudad”, y en ese sentido se debe seguir trabajando en medidas a adoptar escuchando también a los vecinos.
Por otro lado, mencionó otros temas como el aumento exponencial de población en situación de calle, que en gran proporción se compone de personas que estuvieron privadas de libertad. En ese sentido se refirió a un reciente conversatorio en SAU sobre cárceles y las dificultades de reinserción de su población.
“Tenemos un problema de déficit enorme de viviendas al que tenemos que dar solución. Y hay experiencias a nivel internacional en las cuales la vivienda es el primer lugar donde uno siente que está protegido. Esta gente que está en situación de calle, generalmente, ni siquiera la saludamos, no la miramos”, agregó.
“Entonces, creo que por ahí, como especie humana, tenemos que empezar a repensarnos, y más allá que el tema que nos convoca es urgente, este tema de la mal llamada arquitectura hostil, tenemos que ver un poquito más allá”, dijo. Argumentó que se trata de pensar en políticas de Estado, y que el tema de la vivienda debe tener financiación, se tienen que estudiar soluciones, y desde la SAU se está a la orden para aportar técnicamente en ese sentido.