Amigos del colega Nereo Calero comparten el siguiente recuerdo con nosotros.
El día 8 de febrero fuimos al cine. Arquitectos, arquitectas. Solos o con sus parejas. Algunos con sus hijos. Edades variadas. Vimos la película The Architect. Faltó alguien, el que lo había organizado todo: el film, la sala el día y la hora. Quería que nos juntáramos, que confraternizáramos. Pero él se disculpó, no podía acompañarnos. Terminada la función hubo un aplauso cerrado. Se oyó algún emocionado “gracias Nereo”, “algún día tenemos que encontrarnos para charlar y comentar la película”, “que idea genial, tiene que repetirse”…
A los pocos días se nos fue de viaje, un viaje largo en busca de su compañera de vida a la que tanto amó. A nosotros nos dejó sus otros amores: la arquitectura, la SAU y la amistad.
La arquitectura era su motor estaba siempre experimentando nuevas técnicas soluciones que reunieran sencillez y eficacia. Alguna vez no resultaba, pero no aflojaba. E incorporaba a todos los que quisieran seguirle. SAU era su segundo hogar. Cuando se creó la Departamental Soriano en 1985 en la ciudad de Mercedes,¡había que seguirle el ritmo! Se establecieron días de reuniones. Era infaltable su voz en el teléfono recordándonos el horario y los temas. Y lo hizo por muchos años hasta que empezaron los mail. ”No se fien, una llamadita por teléfono es más eficaz”. La Departamental crecía. Todo nuevo arquitecto que llegaba al medio era invitado a asociarse y por su empeño es que se siguió por ese camino. También fue nuestro nexo con Montevideo participando en el Comité de Ética e integrándose a alguna lista que incorporaba colegas del interior.
Más allá de las tareas gremiales, supo cultivar la amistad sin barreras generacionales. Su participación en las asambleas, siempre unidas a un espacio de convivencia, están en el recuerdo de los que concurrieron. Decenas de anécdotas que ya forman parte del mito. En la despedida del 2017 quiso que nos sacáramos una foto todos juntos. Esa será la imagen que quedará en nuestra memoria y que lo resume todo.
La sala, que es la sede de nuestra Departamental, llevará tu nombre.Los nuevos que vengan preguntarán y alguno habrá que les cuente el porqué. Te lo debemos.
¡Gracias Nereo!