Memorial del Holocausto Judío
En un privilegiado punto de la rambla capitalina que fue cedido por la Intendencia Municipal de Montevideo, se construyó el proyecto ganador del concurso de arquitectura convocado para la concreción del Memorial del Holocausto del Pueblo Judío.
El proyecto plantea un largo muro de piedra paralelo a la rambla, que simboliza la historia del pueblo judío, interrumpido en su parte central por la presencia de un importante hueco en el que se emplazan dos grandes bloques de granito con los que se representa la tragedia que sufrió ese pueblo y toda la humanidad durante la segunda guerra mundial.
Al otro lado del muro se desarrollan diversas situaciones espaciales, que van provocando diferentes emociones a lo largo de un recorrido que comienza sobre una rampa descendente con pavimento de piedra entre las que aflora la roca natural del lugar. Por ella se llega hasta el punto más bajo donde aparecen dos estrechos puentes de madera sobre los que se logra atravesar la depresión allí creada.
Luego se llega a una gran explanada en la que se emplazaron tres placas labradas con pensamientos que llaman a la reflexión. Allí está también la rampa ascendente por la que finalizando el recorrido se llega al otro extremo del memorial donde se ubicó la escalinata de salida.
Este proyecto se integra con habilidad y extremo respeto al paisaje costero, con una formalización que pasa casi desapercibida desde la calle, pero que tiene una contundente presencia cuando se mira del lado de la costa. Su austera arquitectura recuerda la cercana rambla “Sur” y sus característicos bloques de granito rosado que desde la escollera Sarandí hasta la playa Ramírez conforman el balcón desde el que los montevideanos miramos el mar.
El Memorial del Holocausto nos permite vivir diferentes experiencias sensoriales como cuando los rayos del sol del atardecer inciden sobre sus superficies y las hace aparecer como incandescentes, o como cuando desde el otro lado del muro desaparecen los ruidos del tránsito de la rambla y solo escuchamos el viento y el romper de las olas contra las rocas.