En el marco del Mes de la Mujer, entrevistamos a destacadas arquitectas nacionales para conocer su trayectoria y sus experiencias.

Cecilia Asuaga es arquitecta egresada de la Udelar en 2005, socia fundadora del Instituto de Asistencia Técnica Sensaterra, creado en 2015. Desde entonces, el instituto ha acompañado a cooperativas de vivienda en todo su proceso de desarrollo, brindando asesoramiento desde la gestación del proyecto hasta su concreción. Actualmente, Sensaterra trabaja con cuatro cooperativas: dos en etapa de obra y dos en fases previas, abocadas al diseño del proyecto y la búsqueda de terreno.

¿En qué estás trabajando principalmente en este momento?

Tengo un Instituto de Asistencia Técnica, que es lo que se precisa para construir las cooperativas de vivienda. El instituto es un grupo de cuatro ramas, arquitectura, área contable, área legal y área social. Se trabaja en colectivo para el proyecto de la cooperativa.

Y vos asistís a esas cooperativas a nivel arquitectónico 

La cooperativa cuando se conforma como grupo y decide construir sus casas, por ayuda mutua, en este caso. El Instituto de Asistencia Técnica es quien los asesora durante todo el proceso, desde la búsqueda de terreno hasta la construcción de la vivienda. Es un proceso bastante largo, porque hay que pasar por varias etapas de presentación de proyectos de terreno, de proyectos ejecutivos. Es un proceso que lleva 6, 7, 8 años hasta que efectivamente se empiezan a construir las casas. 


Cooperativa Basquade 2016, primeros meses de obra


¿Qué te gusta de eso? ¿Cuál es la diferencia con instancias en que has trabajado como arquitecta en otros rubros? 

Es desde el punto de vista social, sobre todo, porque le estás dando la oportunidad de una vivienda a un grupo de personas que de no ser por ese sistema no podrían nunca tener una vivienda propia. En el proceso se van haciendo las casas y ellos van haciendo también sus casas, sobre todo la parte del proyecto de la vivienda se hace en conjunto, y eso creo que le da un valor que está bueno. 

¿Cómo ha sido tu carrera hasta ahora?

Me recibí en el 2005, he trabajado desde el año 97 y hacía maquetas. Luego conformé un grupo de maquetas también con otras mujeres, y después también empecé a trabajar en un estudio, en donde todavía sigo. También la vida profesional independiente es de todo lo que surja, de cosas más chicas: reformas, reciclajes, trámites. En el 2015 formamos el instituto. 


Cooperativa Covitala, a 15 meses de obra

 

¿Creés que como mujer tu experiencia como arquitecta ha sido distinta? ¿has tenido algún obstáculo?

En general, no. En algunos momentos, sí con la figura de capataz, sobre todo. Que hubo como un trato diferente, pero luego se va acomodando y todo empieza a estar bien. Eso es como personal, también. Hay algunos capataces, o sea, personas que trabajan en la obra, que no ven tan a la par el tema del hombre y la mujer, y creo que no les gusta mucho que vaya una mujer a decirle cosas. Pero me pasó de forma puntual. 

En Uruguay, ¿cómo ves el tema de las mujeres arquitectas y cómo están posicionadas en este momento con respecto a los últimos años?

Ha cambiado, ha mejorado. Actualmente creo que estamos en la mayoría, o en gran parte de los ámbitos, en una situación en que no hay diferencia. En otros ámbitos sí falta. En la obra falta un poco, porque esas cosas creo que en la obra siguen pasando, pero en otros ámbitos donde se ejerce la arquitectura me parece que estamos bastante a la par.

¿Qué creés que debería cambiar como para que estén a la par en todos los ámbitos? ¿Es un tema de leyes, de educación? 

Cultural también, de costumbres. Años antes era el hombre que estaba siempre en las obras, que me parece que es en el lugar donde más pasa esto. Cultural a nivel general también, no solamente en el área de arquitectura y en las obras. Es decir, es algo que se viene cambiando hace tiempo y actualmente creo que ha mejorado un montón. 


Cooperativa Covitala, etapa final de obra 

 

¿Cómo ves el tema de la participación de las mujeres en el ámbito del cooperativismo? 

En mi experiencia, en las cooperativas con que hemos estado trabajando, tendré que decir que la mayoría son mujeres, o las más emprendedoras en general son mujeres, se resalta más la persona de la mujer que el hombre.

 ¿Por qué crees que se da eso?

Capaz que porque son en general más metedoras, más de ir para adelante. Después, en la obra mismo, en algunas cooperativas pasa que dejan el trabajo de fuerza para los hombres y resuelven el trabajo las mujeres. Te hablo de las mujeres emprendedoras más en el proyecto cooperativo en sí, no solo en la mano de obra, el llevar adelante la cooperativa y que siga avanzando.


Cooperativa Samadhi, trabajando en el proyecto de sus casas

 

¿Hay algún proyecto en el que hayas trabajado que te haya apasionado más o dado más satisfacciones?

No hay uno en particular. El hacer cooperativas creo que está bueno, de las que he hecho no hay ninguna que prevalezca sobre la otra. Es muy lindo porque se trabaja mucho con las familias, con la gente, aunque el proyecto a veces termina siendo no exactamente lo que uno se imagina. Pero no hay ningún proyecto que prevalezca sobre otro, todos tienen su aporte.


Cooperativa Covitala, etapa final de obra

 

A futuro, ¿en qué proyectos te gustaría trabajar y cuál es el impacto que te gustaría dejar con tu trabajo?

Pienso seguir trabajando para las cooperativas y para el resto de los proyectos en los que estoy. El impacto, más que nada, está en el Instituto, el mostrar un poco que es viable la solución de la vivienda para este grupo de la sociedad, y que es viable que la puedan hacer colectivamente también.