En el marco de la reciente inauguración de obras en la plazoleta Rosa Luna, conversamos con uno de los integrantes del equipo que presentó el proyecto.

La obra se realizó como parte de la iniciativa “Plazas de Barrio” del Municipio B, que implicó la ejecución de un concurso abierto a anteproyectos y licitación en convenio con la SAU y con el apoyo de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de la República (FADU). Su objetivo fue la puesta en valor y calificación de espacios públicos de escala barrial en el Municipio B de Montevideo.

El proyecto ganador para la plazoleta Rosa Luna fue presentado por el equipo liderado por los Arq. Carlos Pesce, Guillermo Fernández y Marcela González. De esta manera, se asignó al equipo para la elaboración del proyecto ejecutivo y su construcción junto a la empresa Márquez Alonso LTD.

Conversamos con el Arq. Carlos Pesce sobre las distintas aristas de su propuesta y sobre sus experiencias luego de inaugurada la obra.

¿Cuáles son las características principales del proyecto que presentaron?

El proyecto se planteó algunos objetivos. Primero, teniendo en cuenta la personalidad de Rosa Luna, ya que el espacio público lleva su nombre y la homenajea. Eso llevó a estudiar a la persona. Ahí empezamos a ver que desarrolló muchas actividades en su vida. No solo fue vedette de Carnaval, sino que también fue costurera, militante social, prostituta. Hizo muchas cosas en su vida. Eso nos marcó lo que nosotros llamamos la variabilidad, queríamos que el proyecto reflejara eso. Lo implementamos con las distintas especies verdes que tiene el espacio público y que son cambiantes. Tienen distintos aromas, distintas floraciones. Se van modificando a lo largo del año. Esa es una manera de marcar la personalidad de Rosa Luna en su espacio. 

Otra cosa que nos llamó mucho la atención fue la vista que tenía el lugar. El concurso marcaba ocho espacios públicos y podías elegir cuál intervenías. Nosotros recorrimos todos para ver a cuál nos presentábamos, cuál era el que nos parecía más interesante. Y llegamos a la conclusión de que era este, porque tenía unas vistas a la Rambla de Montevideo, otro espacio público muy significativo para todos los montevideanos, que estaban buenísimas. Tenía vistas al mar. Y también nos interesó que en la plaza que existía eso quizás no estaba tan potenciado. 


Inauguración de la plazoleta Rosa Luna/Municipio B

¿Hubo algún otro aspecto que ya estaba presente en el espacio público que los haya condicionado? 

También quisimos mantener todas las actividades que tenía el espacio público que estaba. Tenía un espacio verde o para estar, más típico de plaza, de encuentro. Y otro que era de actividad deportiva. Había una cancha entera de básquetbol y de fútbol, que ocupaba un espacio muy grande, casi el 70% de la superficie. Quisimos mantener las actividades, pero también ganar espacio verde y un lugar que nosotros llamamos el balcón hacia la Rambla. Manteniendo esas actividades, redujimos el área dedicada al deporte, hicimos una cancha de básquet 3×3 y quitamos la cancha entera. Eso nos generó más espacio para estar y espacio verde.


Plazoleta Rosa Luna. Foto: Nicolás Celaya/adhocFOTOS para Municipio B

Los integrantes de este equipo que se formó, ¿ya habían trabajado juntos? ¿Se habían presentado a algún concurso antes? 

El grupo que se formó está integrado por el arquitecto Guillermo Fernández, estuvo como colaboradora la arquitecta Marcela González y tuvimos tres asesores: Victoria Pesce, técnica de Áreas Verdes, la arquitecta Viviana de los Santos, en Accesibilidad Universal, y la arquitecta Soledad Suanes, asesora de Iluminación. En realidad, nunca antes participamos en un concurso. Es una instancia que, personalmente, me copa mucho el concurso de arquitectura. He participado en los concursos de Arquitectura Rifa cuando era estudiante y siempre fui de buscar, tratar de armar equipos para poder concursar. El equipo se formó específicamente para este concurso. 

¿Qué es eso que te gusta de los concursos de arquitectura y particularmente qué te atrajo del de Plazas de Barrio?

De los concursos, lo que me gusta es que de alguna manera jugás todavía a lo que es el trabajo de taller en la facultad, que capaz que no lo podés tener con un cliente particular. Además, implica estudiar mucho. Genera una adrenalina de saber cómo te fue. Después viene el comentario vinculado a tu proyecto. Es una instancia súper interesante. En Plazas de Barrio, lo que nos gustó muchísimo fue el hacer espacio público, con todo lo que eso implica, que estás generando un pedacito de ciudad y estás generando un espacio para todo el mundo, para quien se lo quiera apropiar. 


Entrega de premio en SAU

¿Cómo buscaron ese equilibrio entre estética y funcionalidad para los vecinos?

El proyecto está organizado mediante un módulo de cuadrados de un metro y medio por un metro y medio. Esto lo que nos permitió fue generar recorridos con accesibilidad universal. Todo el espacio de la plaza está organizado en base a ese módulo.


Plazoleta Rosa Luna. Foto: Nicolás Celaya/adhocFOTOS para Municipio B

¿Cómo fue ver la plaza ya inaugurada? ¿Después pasaron y vieron qué uso se les está dando por parte de los vecinos?

Primero fue una gran alegría, porque ver materializado algo que tenés en tu casa en un cuaderno de croquis o de esbozos, que es como nace cualquier idea de un proyecto arquitectónico, está buenísimo. Voy bastante a la plaza, porque me interesa ver cómo la gente se va apropiando del lugar, si lo disfruta, si las cosas que pensamos realmente se están utilizando. Y la verdad que estamos contentos con el resultado, que lo resumo en un comentario que me hizo un usuario con quien me puse a charlar en el lugar. Me dijo: “yo no sabía que la plaza tenía esta vista tan linda”. 

¿Qué impacto esperan que tenga esta obra en la comunidad? 

Que la gente se apropie del espacio, que lo use, que lo disfrute y que lo cuide. 


Inauguración de la plazoleta Rosa Luna/Municipio B

A nivel profesional, ¿qué significó este reconocimiento? 

Una gran alegría, por esa cuestión de que una idea que se va gestando en un cuaderno, en un esbozo, después se vea materializada y que te la reconozca un jurado de un concurso. Está buenísimo. Lo otro positivo que tuvo fue el trabajo en equipo con otros colegas, que todos sumaron y aportaron muchísimo. Y también tener un pedacito de Montevideo, ver que le aportaste algo a tu ciudad.