Tras el fallecimiento a los 88 años del reconocido arquitecto japonés, el ex decano de la FADU recuerda su vínculo con Uruguay y su participación en los primeros Seminarios Montevideo. 

El arquitecto Hiroshi Hara es reconocido por su diseño de obras de gran porte, como la estación de Kioto, que se convirtió en la segunda estación más grande de Japón, y el Umeda Sky Building -de 173 metros de altura- en Osaka, que fue nombrado por el Times como uno de los 20 mejores edificios del mundo, junto con grandes obras arquitectónicas como el Coliseo de Roma o el Partenón de Grecia.

Tras su fallecimiento a comienzos de este enero, conversamos sobre su vínculo con Uruguay con el Dr. Arq. Ruben Otero, quien fue decano de la Facultad de Arquitectura Diseño y Urbanismo (FADU) entre los años 1997 y 2001 y co-director de los emblemáticos Seminarios Montevideo en ese período. Estas instancias consistían en actividades anuales de encuentro y trabajo académico en torno a cuestiones urbanas y territoriales abordadas con la integración de aportes desde distintos ámbitos. A través de su participación en esos primeros seminarios comenzó el vínculo de Hiroshi Hara con Uruguay, que luego derivó en su primera Casa Experimental que expuso en la Intendencia de Montevideo.

Otero contó que el contacto con el arquitecto para que formara parte del seminario se dio a través de personas vinculadas al Arq. Thomas Sprechmann que lo habían conocido en su visita a Japón en el viaje de Arquitectura. “Cuando hicimos el seminario, nuestra idea pedagógica era que no fueran trabajos de taller tradicionales, en el cual el alumno hace un trabajo y el profesor lo corrige, porque la facultad ya hacía eso”, expresó Otero. 

Explicó que les interesaba que los seminarios se transformaran casi en estudios de los maestros, en los cuales el profesor pautaba la forma de trabajar, lo que se debía hacer, y los estudiantes actuaban como funcionarios del estudio, ejecutando lo que el maestro les pedía. “Eso nos parecía importante, porque -desde mi punto de vista- la arquitectura es más un oficio que otra cosa, y se aprende ejercitando, copiando, y mirando al tipo que sabe más”. En ese sentido, manifestó: “creo que Hiroshi Hara fue de las personas que más claro tuvo eso”. 

También destacó las conexiones que creó Hara a nivel humano, y recordó que al terminar el seminario la tertulia sobre arquitectura seguía en un bar cercano. Opinó que un valor que marcó la importancia que tuvo en Uruguay fue que consiguió crear discípulos. En cuanto a su punto de vista, explicó: “Un aporte importante de Hara a los seminarios y a la concepción del proyecto fue una visión fenomenológica, en la cual la arquitectura no se veía tanto desde el punto de vista estrictamente teórico o estrictamente formal, sino a través de su propia diversidad”. 

Recordó el primer Seminario Montevideo, donde creó unas pequeñas balsas que atravesaban la bahía de Montevideo, y las destacó “no tanto por una cuestión que podía ser funcional o técnica, sino por la idea de poder vivir la bahía de otra manera. La arquitectura como un fenómeno de vivencia personal, de experiencia sensible”. 

En el segundo Seminario se trabajó con los accesos a Montevideo. Otero contó: “Hara hizo una cosa muy interesante, que fue pensar en la circulación a partir del tiempo. ¿Qué pasa en el tiempo que uno va recorriendo determinado tipo de camino? ¿Cómo se vive el tiempo cuando uno va caminando? ¿Cómo se vive el tiempo cuando uno va en ómnibus? ¿Cómo se vive cuando vas en auto? Y ¿cuál sería la repercusión territorial de esas vivencias, de esas formas de percibir el espacio? Me parece que eso también fue un aporte muy importante”. 

Sintetizando lo que más destaca de Hara y su relación con el país, dijo: “Esa manera en que él concibió la arquitectura se vio también reflejado en la forma de crear de sus discípulos, de gente que lo seguía”. Desde su punto de vista, remarcó que encuentra “una reverencia a su forma de entender y hacer arquitectura”.