Autor: Eduardo Bertiz
El Ministerio de Transporte y Obras Públicas aprobó por decreto la iniciativa para la construcción de un Tren-Tram que conecte Plaza Independencia con El Pinar, propuesto por el consorcio privado “3S”, compuesto por las empresas Stiller, Saccem y Stadler Rail Valencia. La construcción de un modo de transporte masivo, de carácter metropolitano, no contaminante del medio ambiente, seguro y que reduzca los tiempos de traslado de los ciudadanos es en sí misma una buena idea.
El problema parece ser el manejo público que se está haciendo de la propuesta, contaminada por un año preelectoral adelantado, la soberbia y la forma de manejarse del Poder Ejecutivo, actuando generalmente de forma aislada y sin tener en cuenta actores relevantes que podrían enriquecer muchísimo la propuesta anunciada.
La intendencia de Montevideo, en una especie de “re-truco”, construyó una ciclovía central por Av. 18 de Julio, desde Plaza Independencia al Obelisco, exactamente por el mismo lugar físico por donde circularía el tren propuesto. La propuesta de IM es tosca, atípica y le quita escala a la principal Avenida, ennegreciendo el paisaje urbano con un sobre dimensionamiento de los elementos de seguridad. De todas formas, la idea de una nueva infraestructura para birrodados en Av. 18 de Julio es también una buena noticia. contemplando reclamos añosos de tener una ciclovía en un tramo clave de la ciudad de Montevideo.
Para la implementación de un transporte masivo de tal magnitud, seguramente no fue la mejor forma de “abrir una etapa de discusión” presentar como iniciativa un “paquete cerrado”, en donde se dejó en un rol discutible a las empresas de transporte y a las intendencias involucradas, ignorando además años de estudios municipales sobre el tema e investigaciones serias desde diferentes ámbitos de la Universidad de la República.
Sería muy bueno que los transportistas gestionaran este nuevo medio, modificando un estatuto que tiene más 90 años, permitiendo fusionar las líneas de ómnibus que transitan por Av. 18 de Julio con el tren. Esto tendría como ventajas una racionalización de recursos, evitaría una competencia entre ambos modos (como ocurrió con el tranvía en las primeras décadas del siglo XX) y eliminaría una gran cantidad de ómnibus que hacen innecesariamente un mismo recorrido, ofreciendo oportunidades para equilibrar los modos de traslado de la Av.18 de Julio.