A escasos días de su fallecimiento queremos recordar y reconocer no sólo al arquitecto sino a un gran compañero de trabajo y amigo.
A través de la Sociedad de Arquitectos del Uruguay recordamos a Pablo Seltnercich, quien fue arquitecto en la Intendencia de Montevideo durante 25 años pero que, más allá de los planos, ha dejado un legado de humanidad y profesionalismo.
Un profesional cómo pocos, con una visión integradora, en constate búsqueda de un enfoque holístico y aterrizado al territorio donde trabajó por más de 20 años. Encaró su actividad con entusiasmo y optimismo. Sus grandes aportes se dieron en el espacio público por y para el uso, y disfrute de toda la ciudadanía. Siempre con una ética profesional abocada a pensar mejoras a nivel urbano en su calidad ambiental, de infraestructura y edilicia.
Un ser humano inigualable, respetuoso, que buscó siempre propiciar ámbitos de trabajos en equipo, ponderando las diferentes opiniones y aportando desde su calidad técnica para un mejor resultado. Íntegro, generoso, empático, principios que predicó dentro y fuera del ámbito laboral.
A todos quienes compartimos con él nos queda su impronta, su compromiso y responsabilidad con la tarea y la profesión, su calidez humana, su preocupación por encontrar siempre mejores resultados programáticos y proyectuales pese a las dificultades que se presentaran. A pensar en los demás de una manera involucrada que permitieron generar vínculos que trascendieron el ámbito laboral.