El pasado lunes 19 de agosto, en la sala Mario Benedetti del Auditorio de la Torre de las Telecomunicaciones, nos encontramos con referentes del fútbol y la arquitectura para conversar sobre las posibilidades de que Uruguay vuelva a ser sede de un mundial de fútbol de la FIFA.
El encuentro, que se transmitió vía streaming para todo el país, comenzó con las palabras del Presidente de SAU, Arq. Fernando Pereira, quien destacó que «desde la Sociedad de Arquitectos del Uruguay, en el marco de sus 105 años de existencia, creemos insoslayable contribuir a difundir visiones y experiencias que permitan posicionar a nuestro país y a nuestra sociedad de cara al futuro».
La primera conferencia estuvo a cargo del Arq. Emilio Nisivoccia, del Instituto de Historia de FADU, quien hizo un repaso histórico del proceso de construcción del estadio Centenario. Además destacó la intención explícita de su arquitecto, Juan Antonio Scasso: el estadio no sería un espacio cerrado sino que, por el contrario, estaría integrado y abierto a la ciudad a través del predio que lo rodea. Según el profesional, en caso de emprender una reforma de dicho monumento, sería necesario prever que asegure una funcionalidad sustentable.
La arquitecta uruguaya Jimena Sellanes, quien trabajó en uno de los estadios del mundial de fútbol de Brasil, en Curitiba -proyecto de los arquitectos Carlos Arcos y Héctor Vigliecca, también uruguayos- reside actualmente en Qatar. En su exposición explicó características de ese país, su economía y sociedad para poner en contexto el trabajo de construcción de los estadios mundialistas de 2022 y la forma en que se lleva adelante.
Sobre el detalle de 3 los estadios que se llevan adelante en la república asiática pudimos conocer más con la ponencia del arquitecto José Ignacio Masena, quien cumple el rol de sports architect en esos proyectos. Su función es la de velar por que las construcciones cumplan con todos los requerimientos que la FIFA exige a los estadios de cualquier país que desee ser sede mundialista. Esas exigencias abarcan desde la logística de limpieza y el manejo de residuos, los espacios para comer y descansar de los trabajadores, los estudios de televisión, las áreas para prensa y médicos, la separación entre las butacas, la visibilidad y las salidas para la rápida evacuación de los 90.000 espectadores que deben poder albergar; accesibilidad inclusiva y zonas para las fan fest, entre otras.
Luego de una breve pausa para tomar café, se conformó la mesa redonda que moderó el profesor Ricardo Piñeyrúa y puso en diálogo a los arquitectos Nisivoccia y Masena con el director de la Secretaría Nacional de Deporte Fernando Cáceres y con el exfutbolista y empresario Andrés Scotti.
Ante la primera pregunta de Piñeyrúa, que puso el foco en la importancia que el fútbol puede tener para el posicionamiento internacional de un país, el arquitecto Nisivoccia reflexionó sobre otras prioridades que, a su criterio, debería atender Uruguay antes de embarcarse en la hazaña de ser sede de otro mundial. Cáceres y Scotti respondieron destacando el amplio potencial que el deporte tiene para generar cohesión social e impulsar la educación además de «poner a un país en el mapa», tal como viene sucediendo con la selección uruguaya de fútbol desde el mundial de 1930 y con muchos de nuestro deportistas más destacados.
Los invitados destacaron la generación de puestos de trabajo y la inversión en infraestructura que sería necesaria y según dijeron, debería ser realizada en conjunto entre el sector público y el privado, sin tardar demasiado en comenzar ya que es un proyecto que lleva varios años de desarrollo.
El diálogo tocó diversidad de puntos, entre ellos lo acordado con los países con que Uruguay conformaría la sede 2030 (Argentina, Paraguay y Chile), lo que se invierte en deporte y si la ciudad tiene o no la infraestructura para recibir el partido de cierre del certamen, que es el objetivo perseguido.
Todos coincidieron en que –de realizarse la reforma del Centenario- será necesario que la nueva infraestructura incluya no solo los requerimientos de la FIFA sino también una perspectiva de futuro que permita a la ciudad apropiarse luego de ese espacio y darle usos diversos, no solo para mejorar el rendimiento de la inversión sino también para que mantenga el espíritu con que fue diseñado por el Arq. Scasso.
Quienes intervinieron desde la audiencia reflexionaron sobre el rol que nuestros profesionales ocupan en el mundo y lo centrales que resultan para ello, nuestras propuestas formativas universitarias. También saludaron la iniciativa y valoraron que se esté dando este tipo de instancias para permitirnos entender como sociedad el potencial que conlleva apostar a organizar un evento de esta magnitud.
Desde la SAU agradecemos nuevamente al arquitecto Marcelo Gualano, a Antel por recibirnos en su casa, a Copiplan, El Carioca y Lúcida por su apoyo; y a los ministerios de Turismo, Transporte y Obras Públicas y de Educación y Cultura por haber declarado de interés esta iniciativa. Saludamos a quienes nos acompañaron el lunes, presencialmente o desde sus casas y les invitamos a ver el registro del encuentro desde nuestro canal de YouTube.
Enlace a las fotos
Uruguay 2030 – Parte 1
Uruguay 2030 – Parte 2