El arquitecto, urbanista y teórico japonés Arata Isozaki, de 87 años, ha sido galardonado con el Premio Pritzker 2019, convirtiéndose en el octavo arquitecto japonés en recibir este honor. El galardón se le otorga por una obra «que supera el marco de la arquitectura para plantear cuestiones que trascienden eras y fronteras», según el fallo del jurado.
Isozaki se ha dedicado a la arquitectura desde la década de los 60 y es considerado un visionario por su enfoque futurista global y sin miedo al momento de enfrentar un diseño. Nacido en 1931 en Oita, un pueblo en la isla japonesa de Kyushu, el ingreso de Isozaki a la arquitectura fue profundamente afectado por los eventos mundiales de la época. Isozaki tenía 12 años cuando Hiroshima y Nagasaki fueron diezmados en la Segunda Guerra Mundial; su pueblo de nacimiento desapareció durante la guerra. «Cuando era lo suficientemente grande como para comenzar un entendimiento del mundo, mi pueblo se quemó. Al cruzar la orilla, arrojaron la bomba atómica en Hiroshima, así que crecí en la zona cero. Estaba en completas ruinas y no había arquitectura, ni edificios ni siquiera una ciudad. Así que mi primera experiencia arquitectónica fue la ausencia de arquitectura y comencé a considerar cómo la gente podría reconstruir sus viviendas y ciudades». Con más de 100 obras construidas en su haber, Isozaki es también increíblemente prolífico e influyente entre sus pares contemporáneos.
El jurado del Premio Pritzker ha dicho respecto a Isozaki que «en su búsqueda por una arquitectura significativa, ha creado obras de gran calidad que hasta el día de hoy desafían la categorización, reflejando su constante evolución y se mantienen contemporáneas en su enfoque».